Friday, October 05, 2007

Mithdraug - Capitulo 0: De la casa de Eöl

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Más tarde, cuando se levanto Anor en el horizonte y los edhelim de Fingolfin aparecieron con los estandartes desplegados. Eöl vio por primer ocasión el sol y despertó en él repudio a esa luz, temió por unos instantes que ese brillo nunca dejara los cielos, debido a ello decidió partir al lugar que era la fuente de su más grande tesoro, el cual era capas de tener una sombra perpetua. Por que nada sabía de los ruegos de Lorien ni de Esté, ni tampoco que la inconstancia de Tilion hiciera que Varda cambiara pronto los planes de los últimos frutos de los árboles.

Fue ante Elu Thingol, junto con Garatndam, para solicitar el permiso del rey de habitar en Nan Elmoth. Al rey no le agrado la idea, pero tenía otras preocupaciones a demás del lugar donde conoció a su reina, lo que le convenció fue la excelente espada que su no muy querido pariente llevó con él. Anglachel le pareció hermosa y dotada de extraños dones, a la reina no le agrado la espada; mas logró ver que un destino muy grande estaba ligada a ella, de forma que no rechazo el canje.

En ese viaje, Eöl supo de la llegada de los Noldor con mucha más exactitud. Eso se debió a que tuvo que esperar audiencia ante el rey, escucho los rumores de los llegados y lo más importante, vio al mismo Angrod, así que conoció de su plática con el Thingol. Pero todo ello lo único que consiguió fue acrecentar las dudas y sospechas del ya llamado Elfo Oscuro, por que a partir de la batalla con los orcos, siempre vistió con una armadura hecha de galvorn.

Eöl se traslado con sus 19 sirvientes, inicio la construcción de casas para cada familia y del horno para la forja. El amo de la casa sólo ayudo en la construcción de la herrería, en cuanto estuvo lista comenzó las labores con la ayuda de Garatndam.

Para cuando Fingolfin hizo su fiesta para unir a los enemigos de Morgoth, Eöl ya había reanudado sus trabajos de herrería por completo, al igual que el comercio con los enanos. El mayor trato lo tuvo con Etain y Emain de Nogrod, así como con Baruch de Belegost, un pariente de su antiguo amigo Finn.

Por los viajes que ellos emprendieron a Nan Elmoth, la amistad se hizo aun más fuerte con los Gonnhirrim, hablaron de cosas que no compartían con ningún otro elfo; tales como su impresión de los Noldor, a quien los enanos vieron con gracia por su estima a Aüle y su amor al trabajo de los frutos de la tierra. Pero también le dijeron la falta de cariño por los señores de los Noldor que se establecieron junto a ellos, sobre todo de su repudio por el arrogante Caranthir. Eöl por su parte les hablo de sus sospechas sobre una siniestra relación de los supuestos emisarios de los Valar con el enemigo.

En ese periodo ocurrieron varias cosas entre los sirvientes del Elfo Oscuro, a causa de la gran cantidad de familias convendría que se las dijera por casa, más que por orden cronológico. Empezaré con Rossethuir.

Ayakidim y Rossethuir se casarón en el año 4 después de la salida del sol, al año tuvieron a su hijo primogénito Celebkal, en el año 8 de la nueva edad nació su segundo hijo, Gonddadross; pasados 6 años nació Raengolf, y en el año 24 tuvieron a su último hijo, Dantlass. En todo ese tiempo y los años que seguirían hasta que la tragedia llego a los habitantes de Nan Elmoth, la unión entre Ayakidim y Rossethuir fue débil; por que a pesar de que ella lo amo en gran media, él nunca se aparto de su deseo por Êletin, tan sólo se permitió una gran amistad con aquélla con quien se caso. Eso fue notado por pocos, sobre todo por la misma Êletin, que se mantuvo alejada de ellos y aun en contra de sus propios deseos, perdió el contacto con su hermana; ya que Rossethuir la acuso de ser la causa de todas su desdichas, no escucho razones e hizo lo posible por que su familia no tuviera contacto intimo con Êletin o con sus pocos amigos.

La otra pareja que tuvo hijos fue la de Meréksîr y Alfirin, su primer hija nació en año 3 del sol, su nombre fue Tinuinithil, quien tenía la belleza de su madre, con los ojos de su padre; pasados 7 años nació su único hijo Alakbelek, y un año después de la reunión de Fingolfin, nació su segunda hija Lothnekwad. En el caso de ellos, el amor creció día a día, aprovechando que tenían su propia casa, Alfirin vistió de blanco lo más posible y con el estimulo del mismo Meréksîr les hablo de las maravillas más aya del Nan Elmoth. Meréksîr nunca perdió el amor por Êletin, lo que provoco algo de resentimiento de parte de Rossethuir; esto se reflejo en el poco cariño de sus hijo, ya que a pesar de tener casi la misma edad, los hijos de Ayakidim siempre menospreciaron a los hijos de Meréksîr, aun que algunos podrían decir que fue la envidia lo que los motivo.

Por necesidad, Eöl comercio también con los Sindar, pero nunca se acerco a los Noldor, ni dejo que sus sirvientes lo hicieran.

En el año 117 de la primer edad, Eöl llevó a cavo algo que parecía increíble, viajo a las ciudades de los enanos por primera vez. En esa empresa nadie lo acompaño, demoro semanas en regresar y cuando volvió sus conocimientos sobre herrería habían cambiado mucho, por que fue cuando los enanos comenzaron a enseñarle algunos de sus más grandes secretos.

Después realizó muchas visitas a los Gonnhirrim, en las cuales llevo consigo a Garatndam y aun que aceptaron al compañero de Eöl, no le quisieron mostrar su artes hasta casi pasados 132 años de visitas a ambos reinos.

Al rededor del año 130 de la primer edad, por medio de su trato de comercio con los Sindar de Region, llegaron a oídos de Eöl las noticias del asesinato de Alqualondë y los motivos verdaderos de la llegada de los Noldor a Tierra Media. Ello lo afligió por la muerte de los Teleri, pero más grande aun fue el desprecio que sintió por los llegados del mar, su odio fue mucho y lo primero que hizo fue decirle a los enanos sobre lo que averiguo. Poco a poco se alejo más de los elfos.

A partir de esta época, hasta el día en que Aredhel llegara a Nan Elmoth, no ocurrió algo más que valga la pena ser mencionado. Con excepción de la última boda que hubo entre las casas de los sirvientes de Eöl, esta tuvo lugar el año 291 de la primer edad, fue entre Polranc y Tinuinithil; demasiado jóvenes para la costumbre de los elfos de ese tiempo. Pero pareció como si presintieran la cercanía de la desgracia y se dieran cuenta de que sólo tendrían unos instantes más para aprovechar y ser felices, al estilo de la casa de Eöl.

La vida en Nan Elmoth fue muy tranquila, entre los viajes del amo y su sirviente de mayor confianza a los reinos de los enanos, las labores en la herrería, las tares propias de una vida en el bosque y del cuidado de los hogares. Mas la tranquilidad sería rota en poco tiempo, por la llegada de muchos extraños.




El elfo hizo una pausa en su relato, tomo la taza de barro que la hija de Agdor dejo a un lado y bebió de ella. El viejo lo miro con extrañeza, en todo lo dicho por el elfo no apareció alguna referencia que lo conectara con la narración; de hecho no pudo imaginar en que parte de la historia daría inicio la vida de su interlocutor, en ese momento recordó lo dicho por Mithdraug antes de comenzar: “le confieso que en otras épocas y lugares tuve otros nombres”; esas palabras giran en la cabeza del viejo, lo que lo hizo preguntar.

- Señor Mithdraug, de todos los señores que me ha hablado, ¿sería tan amable de indicarme cuál era Usted?, no me lo ha dicho aun y no seré capas de seguir su relato si no me aclara esa cuestión.

El elfo dejo la taza en el suelo, lo miro, finalmente dijo de una forma pausada y tranquila.

- Paciencia amigo mío, contestare a su pregunta cuando llegue el momento, hasta ahora tan sólo he descrito las cosas tal y como fueron antes de que yo naciera, mas su incógnita tendrá pronta respuesta.

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