Friday, September 14, 2007

Mithdraug - Capitulo 0: De la casa de Eöl

3

Después de un día le permitieron regresar a Menegroth, Meréksîr se entero por Mithendô de que una hermosa joven de cabellos negros lo había buscado en su ausencia, dicha dama pregunto por un joven mensajero con el cual tenía un asunto pendiente. Pero no quiso dar alguna explicación de sus motivo o donde se conocieron, le comento que su presencia en el lugar de construcción a todos los dejo sorprendidos y maravillados, con excepción de Eöl y de Garatndam, a quienes les causo desconfianza.

También le dijo que cuando apareció, el primero en acercarse fue Daeron, él cual dio la impresión de conocerla, le hizo algunos comentarios sobre el peligro de estar en las galerías en construcción y que Maçcamim se encontraba en el Ala Norte. Sin embargo ella no le dio importancia, se despidió cortésmente, se dirigió a Merékgwaew por ser el más cercano, le planteo sus dudas y después de que él le contestara que había sido encomendado a una empresa muy tardada, ella se fue.

Esa información lleno de alegría el corazón de Meréksîr, por lo que quiso salir a buscarla. Pero Garatndam se puso frente a él y le dijo que regresaría a casa, Meréksîr se negó de inmediato y trato de convencerlo de que se le permitiera quedarse, mas sus ruegos fueron inútiles.

De inmediato intento suplicar a Eöl para que se le permitiera quedarse, por que sabia que si lo alejaban de Menegroth, nunca más vería a Alfirin. La escena llamo la atención de Daeron y de los enanos, lo que irrito aun más a Eöl.

La ira de Eöl era causada por saber que debido a una mujer, Meréksîr había puesto en peligro los trabajos. Pero el destino, con su típica ironía intervino aquí, de la misma forma en que lo ha hecho en tantas ocasiones y como lo seguirá haciendo hasta el final del tiempo.

Daeron pregunto a Meréksîr:

- ¿Eres tu al que vino a buscas Alfirin?
- Si, es él- contesto Mithendô.
- Pues entonces debes saber que te conviene la expulsión de aquí, por que ella es la amada de Maçcamim y acabara contigo si se entera que te has atrevido a verla, tu, simple sirviente.

Un destello se percibió en los ojos de Eöl. En el momento en que Garatndam iba a arrojar a Meréksîr por una gran escalinata, Eöl le dijo.

- Espera Garatndam, viejo amigo- se acerco al chico y le dijo- ¿Estas arrepentido de desobedecerme?
- Si Hîr.- contesto Meréksîr al mismo tiempo que bajo la mirada.
- ¿Cumplirás mis ordenes?
- Si Hîr.
- Entonces te quedarás, mas permanecerás aquí en la galería y trabajaras en la construcción. No saldrás a menos que yo te lo permita.

La sorpresa de todos fue enorme, incluso el mismo hijo de Gond era incapaz de creerlo, tan solo Eöl permaneció inmutable. Después de eso, Meréksîr trabajo en la galería, tenía ganas de ver a Alfirin; pero el temor de ser descubierto y enviado a casa lo contuvo.

A Daeron no le gusto la decisión de Eöl, le contó todo a Maçcamim y este se molesto aun más. Intento convencer a Alfirin para que le dijera la verdad, pero ella guardo silencio.

Una noche en que todos dormían, Meréksîr salió del Ala Este y trato de encontrar a Alfirin. Anduvo cerca de la cámara de las Silobeingwennim, aun que no se atrevió a entrar de nuevo. Recorrió algunos de los pasillos más importantes e incluso salió al bosque a respirar el aire fresco.

Tuvo un encuentro muy extraño, el cual reforzó sus ánimos. Volvió al palacio y cerca de la puerta encontró lo que había estado buscando. Vio a Alfirin pasear entre las flores, paresia triste, cuando él se acerco ella volteo y sus miradas de cruzaron. Esa noche declararon lo que cada uno sentía e intercambiaron votos de amor.

Cuando el joven regreso a la galería, todo pareció normal. Lo que él no supo fue que Eöl mismo lo vio salir y que a su vez, Laugtim se percato de la ausencia de Alfirin.

Los trabajos en el Ala Este se acercaron a su fin, mientras tanto creció la amistad de Eöl con Finn y Bregia; tanto su habilidad como la de los suyos seguían siendo inferiores a la de los enanos, pero las mejoras fueron sustanciales. Por otro lado, los enanos vieron con admiración el arte de Daeron y a pesar de que él no tenía amor por los gonnhirrim, tomo con agrado la estima de ellos en las Cirth; aun que esto a su vez le provoco tristeza, ya que hubiera preferido esa misma reacción entre los suyos.

En los últimos días antes de ir al Ala Norte, Eöl vigilo personalmente el trabajo de Meréksîr, lo corrigió a cada instante y le exigió una mayor tenacidad con cada labor. No menciono los escapes del hijo de Gond, los cuales nunca le fueron desconocidos, mas en respuesta aumentó gradualmente la presión.

Después de un tiempo, los trabajos en el Ala Este terminaron y todos se desplazaron al Ala Norte. El recibimiento fue frío, pero la ayuda en las labores fueron agradecidas. Ahora que Daeron y Maçcamim se veían todo el tiempo, le señalo en secreto al elfo de Eöl que había sido buscado por Alfirin; lo que provoco una mayor presión sobre Meréksîr, ya que la gente de los hijos de Nárkaras lo molestaron a cada instante e intentaron entorpecer su trabajo.

Poco antes de que terminara la participación de la gente de Eöl en la construcción, Alfirin y Meréksîr se vieron cerca del lugar en que el joven elfo tuvo su extraño encuentro la primer ocasión que escapo de la galería. Ambos contemplaron las estrellas y hablaron de planes de amor, de los sueños más íntimos de cada uno, así como de fantasías en las que cada uno podía librarse de sus responsabilidades.

Por que Alfirin tenia deberes que cumplir como una de las Silobeingwennim, tales como estar siempre al lado de la reina o de su hija, estar presente en todos los eventos importantes del reino, cuidar de la reina y de todo lo que le perteneciera; por ello, nunca debía alejarse del palacio sin autorización, siempre debía vestir de blanco como símbolo de su posición y pureza, no debía entregar su virtud a nadie ni casarse sin la autorización de la Hiril Melian. Estos aspectos pueden parecer severos, pero se debe entender que para ser una Silobeingwennim era necesario tener la gracia de las golondrinas, la delicadeza de una rosa, la belleza de una estrella y lo más importante, aceptar el cargo por libre albedrío, con los votos que este exigía.

En ese momento apareció Maçcamim, quien los busco por los alrededores. Intento llevar a Alfirin de regreso al palacio, pero ella no quiso apartarse de Meréksîr, por lo que el odio se apodero de Maçcamim y trato de herir al joven elfo con una daga.

Alfirin ayudo a su amado y ambos escaparan dejando atrás a Maçcamim. Él regreso a Menegroth y expuso la situación a unos cuanto, alterando los hechos, con lo que inicio la cacería de la pareja.

Los capturaron a tres leguas al norte del río Esgalduin, debido al número de perseguidores y al cansancio de Alfirin en la frenética carrera. Una vez atrapados, fueron llevados al palacio con la idea de castigar al hijo de Gond. Una multitud de gente los espero en la entrada del palacio, en cuya vanguardia encontraron a Eöl y a Garatndam. La situación no fue del agrado de Maçcamim, quien deseo cumplir con su venganza sin la intromisión de otros.

Cuando los jóvenes fueron llevados ante el rey, la sorpresa y conmoción lleno a los presentes, ya que Alfirin siempre se tomo como la más bella, dulce y leal de las Silobeingwennim. Mientras que a los sirvientes de Eöl se les veía con desprecio por muchos y la estima por Maçcamim era grande en todos.

Los Sindar no dudaron en las palabras de su artesano, a Alfirin algunos la vieron con pena, pero otros se mostraron duros con ella cuando Laugtim narro los extraños hechos en la Cámara de descanso y sus escapadas secretas. Eöl permaneció cayado todo el tiempo.

En un arranque de ira, Maçcamim arremetió contra toda la casa de Eöl y en esta ocasión Garatndam fue quien alego contra el hijo de Nárkaras. Narro los acosos de Maçcamim sobre el joven, junto con las palabra arrogantes que dijo el día de la llegada de Bregia y que pusieron en riesgo la ayuda de los enanos.

Nada de lo dicho fue del agrado de Elu Thingol, sobre todo por que esa rencilla personal fue muy evidente para él y le pareció un obstáculo absurdo para sus deseos.

En el instante en que iba a dictar su juicio alguien más tomo la palabra, la mismo Luthien, que pidió por comprensión asía la pareja y para que se buscara la verdad, ya que su amistad con Alfirin era grande.

El rey escucho a su amada hija, le permitió a Alfirin explicar su comportamiento y los hechos. Ella hablo con las palabras del corazón e inundo el espíritu de los presentes, contó la verdad de lo ocurrido y su amor por el sirviente de Eöl. Tras lo cual todos guardaron silencio, Melian dijo algo al rey y este asintió.

Finalmente el rey encontró culpa en el actuar de Maçcamim, por interponer asuntos personales al deber y hacer mal uso del poder otorgado; por ello le quito el mando en las labores, le impidió dejar los trabajos hasta que estos terminaran y asigno a un elfo llamado Daeradab como el nuevo encargado. En el caso de Meréksîr, el rey dijo que la ofensa había sido para Eöl, por lo cual él tendría que hacerse cargo del castigo del joven. También dijo que el destino de Alfirin sería dado por la reina en su momento, ya que era su doncella y la imagen manchada era para las Silobeingwennim.

Una vez hecho esto, el rey dio por terminado el juicio y los presentes se retiraron del gran salón. Cuando los únicos en la cámara eran los miembros de la casa de Eöl, los hijos de Nárkaras, las Silobeingwennim y la familia real. Melian decreto su juicio para Alfirin, el cual fue que dejara de ser parte de sus doncellas para contraer matrimonio con la persona de su elección y que nunca se apartara de su lado.

En ese instante fue que Eöl hablo, con un gesto tan frío como los hielos del Helcaraxë, se dirigió a Meréksîr y a Maçcamim, dijo que tanto el joven elfo como su familia eran parte de sus sirvientes, por lo cual decidió que no podría casarse con la doncella, para evitar interferencias hizo mención del juicio dado por el rey. La única forma para que permitiera la boda, era que Maçcamim aceptara el reto de hacer la estatua que debía encontrarse en frente de la entrada a la cámara del Trono y que el hijo de Gond fuese el ganador.

La propuesta sorprendió a todos, a algunos los lleno de satisfacción y a otros los molesto. Maçcamim vio en ello la oportunidad de vengarse, si rechazaba la propuesta, impediría el matrimonio; pero si decidía participar, podría demostrar su superioridad ante el chico, humillarlo, detener la boda y a la vez destacar que no tuvo una mala voluntad contra Meréksîr, al permitirle la única posibilidad para el matrimonio que Eöl le dio.

A pesar de la situación tan ventajosa, Maçcamim se mostró desconfiado y pidió una garantía para que el concurso fuese legal. A esto Eöl contesto complacido que cada uno asignaría a la mitad del jurado, un total de 9 personas, de los cuales uno sería el mismo rey. Por fin el hijo de Nárkaras acepto.

Se acordó el día en que se mostraran las estatuas y cada quien tomo su camino. Desde el momento de llegar al Ala Este Meréksîr trabajo en su obra sin descanso alguno.
4

Las noticias de los últimos problemas llegaron al sur de Region y por lo mismo a la casa de Eöl. Ante las malas nueva, Êletin decidió emprender el camino para apoyar a su hermano.

Llego a Menegroth una semana antes del día en que se debía evaluar el trabajo de los concursantes y busco de inmediato a sus parientes. Junto con Mithendô consoló al joven y lo animo a que se concentrara en su amor por Alfirin al esculpir la estatua, en lugar de pensar en su rival.

La tarde del día acordado se reunieron todos para evaluar el trabajo de ambos. Por parte de Maçcamim los jueces fueron Maercamim, su amigo Morngaladh, Daeron y Ayakidim, uno de los mejores arquero de Menegroth; mientras que Eöl eligió a Finn, Bregia, Boyne y a Daeradab. En medio de todos se sentó Elu Thingol.

El primero en mostrar su obra fue Maçcamim, quien descubrió una escultura de Tauron montado en Nahar y tocando su cuerno de caza Valaróma; finamente tallado en piedra caliza, con incrustaciones de gemas de los enanos y armadura de plata. A los presentes los dejo sorprendidos por su bellaza y por el majestuoso porte de la estatua, aunque no convenció del todo a los que en verdad habían conocido la gloria del Vala.

Al ver la impresión causada por su creación, Maçcamim sintió seguro su triunfo y miro a Meréksîr con arrogancia; pero el joven se mantuvo firme, ya que tenia a Êletin a su derecha y a Mithendô a su izquierda. Al ver que el joven elfo no reacciono como esperaba, Maçcamim le lanzo palabras de desprecio disfrazadas de un consuelo fingido. Entonces Eöl se acerco a su sirviente y coloco su mano derecha en el hombro de joven, ese gesto fue suficiente para que el hijo de Nárkaras guardara silencio.

Tan sólo los familiares de Meréksîr y los enanos supieron que Eöl apoyo al joven a su manera, lo exento de todos sus otros deberes, encargo que se le diera todo el alimentos, herramientas y materiales necesarios, e incluso consintió que otros le acompañaran; aunque se les prohibió ayudarle en su labor.

Llego el momento de que Meréksîr mostrara su trabajo, la expectación fue muy grande y la sorpresa aun mayor cuando el joven elfo revelo su escultura. Era una representación de Corollairë, toda la estatua era de mármol, tallada desde la base hasta la elevación de la colina para que diera la impresión de ser un pasto diminuto movido por el viento, en la base se podían ver pequeñas flores de oro y plata, que en su centro tenían incrustaciones de cuarzo. Lo que más impacto a los jueces fueron la majestuosidad de los árboles, los trancos y ramas eran también de mármol; pero las hojas y flores fueron hechos de algo muy diferente. A Silpion le coloco hojas de plata ondeando al viento, la delicadeza de las flores abiertas en plenitud era sublime y cada una de ellas tenía un cuarzo blanco en el interior. Mientras que a Culúrien le puso hojas de oro, en el cáliz de las flores con forma de cuernos dorados tenian engarzó piezas de jade.

Era cierto que Meréksîr nunca vio los árboles en su vida y que ni siquiera supo los nombres que les dieron en Valinor, hasta la llegada de los Noldor. Pero la descripción que de ellos hizo Alfirin durante sus largas caminatas, que a su vez venia de la misma Melian y por Elu Thingol, lo inspiro. Mas la guía en la labor no fueron los relatos ni el deseo de la victoria, sino su profundo amor por la doncella Alfirin y la luz que vio aquella extraña noche en la ojos de Luthien antes de ver a Alfirin; de ahí que con los ojos del alma, logro plasmar lo que otros no consiguieron, en lo cual tan solo fue superado por los que hizo el mismo Turgon en Gondolin.

A la hora de dar su veredicto, Bregia y Boyne se inclinaron por los árboles, aunque dijeron que era necesario mejorar algunos detalles. Finn, por su lado prefirió la estatua a caballo haciendo la misma aclaración, debido a su gusto por las armas. Daeradab de inmediato mostró su preferencia por los árboles.

Maercamim, Morngaladh y Daeron votaron por la obra de Maçcamim, aunque sus corazones sintieron regocijo al ver el Corollairë. Ayakidim mostró su agrado por los árboles, a pesar de que sus compañeros lo vieron con desprecio.

Thingol fue quien tomo la decisión final y acogió la escultura de los árboles como la de mayor estima. Una vez hecho esto Eöl anuncio su aprobación para la boda.

Lo que le he narrado no se recuerda, por que una vez que la gente de la Casa de Eöl dejo Menegroth, se revelo el rencor e ira de los elfos que se sintieron ofendidos y sacaron de los registros el nombre del que sería llamado el Elfo Negro, así como el de sus sirvientes. Se menciono el nombre de Maçcamim como uno de los artesanos, pero no como al más destacado. Mientras que la estatua de Tauron fue puesta en un salón con el nombre del autor grabado en la base; los árboles se pusieron en el frente de la puerta del trono, sin nombre alguno y de cuyo origen sólo se recordó que fue hecha por amor.

Melian se sintió inquieta por lo sucedido, ya que vio en esos hechos el reflejo de una sombra por venir en algunas edades y cuyas consecuencias eran aun inciertas. Pero de sus meditaciones guardo silencio.

Cuando regresaron al hogar, a Alfirin se le ensañaron los deberes y la forma de comportarse que tenia que seguir como parte de la servidumbre de Eöl, tan distintos a la forma de vida que llevo en Menegroth. Pero no se arrepintió, por que el amor entre ella y Meréksîr nunca disminuyo, a demás de que en la intimidad de sus aposentos, ella siempre vistió de blanco y se complacieron juntos en alegres bailes. Aun que por momentos, recordó con añoranza la gloria de Menegroth.

Labels: , ,

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home