Tuesday, August 28, 2007

Un poco sobre la importancia de las historias fantásticas.

Para comenzar hay que recordar que en todas las historias llamadas comúnmente de hadas, se encuentran encerrados una gran gama de simbolismos e interpretaciones; que los llevan mucho más aya de ser tan solo algo para adormecer a los niños y despertar su imaginación en los sueños. En realidad son mensajes codificados que esconden conocimientos antiguos, primigenios, sobre el ser humano, su relación con el mundo natural, sobre la evolución intelectual, material y espiritual de cada persona. Algunos son residual de religiones que fueron apartadas y trataron de sobrevivir por medio de ellos; en los casos más simples, contienen advertencias sobre peligros reales en la vida cotidiana que tienen detalles de las cuales se debe tener cuidado al hablar e intentar transmitirlos.

Otra característica de esas viejas historias es la gran cantidad de posibles interpretaciones, dependiendo del punto de vista de quien hace el análisis, el enfoque con que lo realiza, el propósito y más aun, de la preparación que tenga dicho intérprete. Un ejemplo de esto es el cuento de Caperucita Roja, este puede ser entendido como algo para distraer a los niños, advertir a los infantes de no confiar en extraños ni dejarse influir por ellos, como una parábola sobre el despertar sexual de las mujeres en la pubertad y el deseo sexual que despierta eso en los hombres; como una introspección en el despertar o actuar en conducta sexual de hombres y mujeres, e incluso permitir conocer causas subconscientes de dicho comportamiento. En otros campos puede representar también una simplificación tan ingeniosa como profunda del fin del matriarcado y su caída ante la civilización patriarcal; así como ser una metáfora sobre las religiones dedicadas a la Madre Tierra, a los elementales de las religiones llamadas paganas, contra las religiones monoteístas nutridas de esos pensamientos teológicos, que convierten al ser humano en el centro de todo y desechan las otras creencias; es necesario aclarar que en este último caso el lobo no es en si la religión, sino los dogmas, normas, restricciones, mentiras y ocultismos con los que se encadena a la gente y se cubren los verdaderos mensajes.

Lo anterior no excluye el hecho de que en verdad existen algunos cuentos que tan solo fueron concebidos para ser contados a los niños o a los adultos, con el único fin de entretener. Sin embargo, aun muchas de estas historias poseen interpretaciones profundas, no por que haya personas que deseen siempre encontrar algo oculto en todo lo que ven; más bien por que esas narraciones tienen su base en el subconsciente de quien las escribió, son nutridas con sus propias vivencias, sueños, anhelos, frustraciones y características de la vidas diaria que llevan. Por esto terminan por ser un reflejo involuntario del camino evolutivo que esa persona ha tenido a lo largo de su existencia, no logra desprender los mensajes o códigos aprendidos. Con lo cual, de forma involuntaria, puede llegar a comunicar algo trascendente.

Todo lo anterior se ha repetido siempre en todas las culturas, lugares y épocas, desde lo que ahora llamamos mitología, gestas, poemas épicos, libros de caballería, cuentos de hadas, así como en los modernos cuentos y novelas fantásticas. Cada género con sus propias características, propósitos y formas; en algunos casos ser medios de respaldar cultos, controlar el pensamiento de la gente y dar mensajes que solo entienden los iniciados como ocurre en la mitología. En otros casos ensalzar a personajes importantes reales o ficticios, con lo que se logra un control de los pueblos, inspirarlos en guerras o en situaciones precarias, alentar el odio o la aceptación de grupos en particular, al igual que entretener a la gente para evitar movimientos sociales, como ocurrió con los poemas épicos y los libros de caballería. También se encuentra ser una forma libre de expresarse por parte del escritor, plasmar en papel todos sus sentimientos, sueños y deseos; entretener a los demás o incluso ser un vinculo para encontrar personas afines, como ocurre en la actualidad con las novelas o cuentos fantásticos. Pese a estas y otras variaciones, varios de los textos en cada tipo de escrito tiene todas las características antes mencionadas, sobre todo las lecturas más representativas.

Por desgracia existen cuatro causas básicas que interfieren e imposibilitan una comprensión auténtica de estor relatos, un análisis verdadero y profundo de los mismos. Para empezar se encuentra la imagen universal de la indiferencia a ellos, el despreciarlos como cosas insignificantes cuyo único fin es entretener a los niños para que no molesten. Lo anterior nos conduce de inmediato a la segunda gran causa, el no tomarlos con seriedad o estar convencidos de que son intrascendentes, a la falta de capacidad para ver que dicen más de lo que aparentan, a no tener la mente abierta para ser receptivos ante los mensajes entre líneas y recordar algo muy importante, son uniones de símbolos que se muestran ante nuestros ojos para decir algo; los creadores de estos relator aplicaron lo que dice el refrán “Cuando quieras que algo permanezca escondido, ponlo donde todos lo vean”.

La tercer causa es la falta de conocimiento, el no saber los símbolos y por lo mismo ser incapaz de verlos, menos aun de interpretar el significado o significados al estar juntos; por ello en la mayoría de las ocasiones solo los estudiosos o iniciados son capaces de entender y descodificar el mensaje. En realidad existe una forma casi instintiva de captarlo, quizás no de hacer un análisis riguroso o esquematizado; pero si de comprender la esencia de lo que se pretendía al escribirlo o lo que el autor dejo marcado de forma subconsciente, sin embargo se requiere una mente muy despierta, fuera de prejuicios y con un mínimo de conocimientos sobre significados.

La última causa es algo que en teoría no debería influir en la creación literaria, pero que en la práctica muchas veces es si único motor; la ambición económico, el afán de obtener ganancias monetaria sin importar la calidad de lo que se escribe. Esto ha llevado a la creación de cientos o miles de copias indiscriminadas de la historias importantes y trascendentales, con lo cual se simplifican cosas que no debían ser cambiadas para mantener un significado intacto; se altera el contenido según lo que se cree agradara más a algunas personas y por lo mismo llevara a aumentar las ventas sin importar que con ello se pierdan los mensajes; se hacen cliches y formas estándar, así como tramas “guía” que repiten sin fin “formulas probadas”, hasta que pierden sentido alguno junto con el significado que pudieron haber tenido los personajes o las situaciones. Todo con lo cual se llena de mentiras la verdad original y las personas generalizan que de eso realmente trata lo fantástico, por lo cual terminan por caer en un circulo vicioso de las tres primeras causas mencionadas.

Afortunadamente aparecen personas con historias que corrigen el sendero, como fue el caso de los hermanos Grim o el de Shakespiare, como es el caso en tiempos más recientes de Tolkien, Michael Ende o de Ursula K. Le Guin, al igual que otros que no permiten la perdida de ese saber antiguo y profundo.

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